Tintero sin tinta, papel sin palabras
Canción
Todo lo que tocas me sabe a limón,
a malos presagios, abeja sin miel.
Son agrios tus besos y tu corazón
destila amarguras por toda mi piel.
En la noche absurda en que te conocí
yo andaba abrumado y cegado en alcohol.
Tu trampa fue verme y yo que te vi
me cegué en tus ojos como un girasol.
Mi retina traicionera fue la que te dibujó
con el cielo de tus ojos y mi mar desolación.
Fue tu boca un rojo incendio y en mis labios se forjó
esa lengua filo intenso del puñal de tu traición.
Chocaste mi vida, mala conductora,
contra la muralla de la insanación.
Ni cuerdo ni loco ni vivo ni muerto
sólo estoy en pausa con la decepción.
Volaste en pedazos, buena cazadora,
las alas desnudas de toda ilusión.
Tintero sin tinta, papel sin palabras,
historias que pasan directo al adiós.
Todo lo que dices me suena a gorrón,
a bajos instintos, a ruidos de hiel.
Tienes el encanto de una maldición
gestada en la pieza de un viejo motel.
Fue una noche dura teñida de añil
que caí en la prisa de mi rocanrol.
A bordo del barco tan pronto me hundí
en el plato amargo de un loco raviol.
Te hice viento de mi vela y mi cuerpo en ti viajó
hasta el fondo de las aguas de mi desesperación.
Aferrado a tu cintura todo en mí se desgajó
como se despoja el tiempo de su viejo cascarón.
Letra: Juan Carlos Martínez
R. de Escalada, 03/01/22 18.04
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