Caña de azúcar, melaza y ron
Canción
Por la calle estrecha que da al malecón
yo voy tambaleando mi carga de ron.
El viento es tan frío que agrieta mi piel
y un mar de goteras se estrella en mi ser.
Vislumbro en la sombra de un tenue farol
que alguien se agazapa pero no se quién.
Me temo sea el diablo del anochecer
que noche tras noche me entra a escocer.
La luna está oscura, no se deja ver
y sol no madruga, duerme en su crisol.
En tanto las horas de mi perdición
se siguen sumando en un viejo reloj.
Caña de azúcar, melaza y ron
a los que pecan dan bendición.
Caña de azúcar, melaza y ron
a los que rezan dan oración.
Caña de azúcar, melaza y ron
a todo loco le dan razón.
Caña de azúcar, melaza y ron
bebe el que pena para olvidar.
Ahi llega el cubano en su cuba de alcohol
murmuran las olas rugiendo su son.
Mis pies en la arena se embeben de sed
y el monstruo marino me empieza a roer.
Presiento el naufragio de mi descontrol
subido a mi barca de viejo rehén.
Que nadie se asombre si al atardecer
me ven que en las aguas me dejo mecer.
El cuerpo despliega su vela a placer
y el alma se arruga debajo del sol.
Por suerte no cumplo con la condición
“a prueba de agua” en mi viejo reloj.
Letra: Juan Carlos Martínez
R. de Escalada, 18/01/22 15.55
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