jueves, 30 de diciembre de 2021

Estaba justo ahí

Estaba justo ahí

Tango


Estaba justo ahí.

Su foto me miraba y sonreía.

El viejo fotoshop mentía una vez más

detrás de aquel escaparate de cristal.

Sus labios no eran ciertos

ni el brillo de sus ojos

ni aquella piel pintada

sobre un pálido antifaz.


Estaba justo ahí.

Su foto la mostraba tan vacía.

Haciéndome autoestop quería una vez más

subirme a mí a este su viaje del final.

Su boca era un desierto

con sed de besos rojos

y un dejo de humorada

tan procaz como voraz.


La noche, con sus vidrieras de la vida,

propone luces que despiertan fantasías.

Allí la vi al pasar justo aquel día

estando ya mis luces apagadas

y al leve parpadeo del engaño

su foto me miraba y sonreía.


Estaba justo ahí.

Mostrando su pericia en la malicia.

Con gesto de sexshop fingía una vez más

a ver si yo le respondía a su señal.

Su cuerpo era un incierto

refugio para antojos

y frías llamaradas

para un amor tan fugaz.


Estaba justo ahí.

Como la vía muerta de un tranvía.

Mutando su flipflop mostraba una vez más

su habilidad tan habitual de ser tan dual.

Su cara, un desconcierto

de errores y despojos,

ahora despintada

ya podrá dormir en paz.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 30/12/21 19.08

miércoles, 29 de diciembre de 2021

A las diez de la mañana

A las diez de la mañana

Tango


Amanece y el amor está en veremos

y entretanto conversamos

y de tanto hablar no amamos.

Amanece y la alcoba es pura ausencia

sin abrazos, sin sus labios

y aparecen los agravios.

Es la hora decisiva en la esfera del amor

mientras pasan los minutos

que nos restan a los dos.

Amanece y el amor está en ayunas

y a las diez de la mañana

simplemente ya es adiós.


Su paso, presuroso y atrevido,

se va, ya tiene todo decidido.

Aquí, sin solución,

murió de inanición

aquello que creí

sería amor.


La garúa de perder moja a mis ojos

y por cierto que a los suyos

no les cabe ni el rocío.

Es tan fría su sonrisa y su mirada

sólo es hielo porque el fuego

ya no es parte de su juego.

Es la muerte repentina que te deja sin reacción

entretanto los insultos

se silencian en mi voz.

A las diez de la mañana ella se esfuma

como barco entre la bruma

decidida ya a zarpar.



Letra: Juan Carlos Martínez

Buenos Aires, 05/04/11 00.26

martes, 28 de diciembre de 2021

Si se muere el amor

Si se muere el amor

Zamba


Una lágrima que cae dice adiós

y el amor que se deshace en el final;

una mueca de tristeza y más allá

un camino sin retorno por andar;

una mueca de tristeza y más allá

un camino sin retorno por andar.


Por motivos imposibles de explicar

nuestros labios se negaron el besar;

en las manos no hubo afán acariciar

y en los ojos el silencio fue espectral;

en las manos no hubo afán acariciar

y en los ojos el silencio fue espectral.


Si se muere el amor

que nos mate a los dos,

que nos haga olvidar

lo que un día existió;

si se muere el amor

que no nazca el rencor.


En la piel se fue aquietando aquel clamor

de la brasa crepitante del amar;

a las ganas la ganó la soledad

con su carga de pesada frialdad,

a las ganas la ganó la soledad

con su carga de pesada frialdad.


Una lágrima sin llanto ha de morir

con la historia que supimos no acabar;

mientras tanto no habrá opción de retomar

lo que hoy ya comenzamos a olvidar;

mientras tanto no habrá opción de retomar

lo que hoy ya comenzamos a olvidar.



Letra: Juan Carlos Martínez

Buenos Aires, 11/05/06 12.35

viernes, 24 de diciembre de 2021

Enero

Enero

Canción


Lindo mes enero para enamorarse.

Es que hace tanto frío aquí en Madrid.

Si me encuentro una chavala toco el cielo

y si no vuelvo al infierno de tu amor.

Pero ya no quiero arder entre tus muslos

ni beber la hiel de tu boca voraz

sólo quiero si es posible enamorarme

y dejar que el tiempo se olvide de ti.


Está lloviendo aquí en Madrid y estoy tan solo.

Ni el alcohol hoy me ha podido consolar

y en el humo del tabaco te dibujas

este puto vicio me quiere matar.

Puñetera noche sin gatos ni juergas.

Hoy no tengo ni una falda para alzar.

Si no llega una llamada salvadora

otra vez en su infierno me va a atrapar.


Ya amanece y entre tanto nada ocurre.

Este cuarto me resulta familiar.

Ya ni sé ni en qué momento cuándo y cómo

en tus garras otra vez volví a caer.

Y aunque me quiero escapar me es imposible.

Mi mente esta aturdida y yo qué va.

Lindo mes enero para enamorarse.

Lindo mes pero cuándo sucederá.



Letra y Música: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 04/07/04  11.50

Partitura

Letra Fraseo

jueves, 23 de diciembre de 2021

Magnolia en la nieve

Magnolia en la nieve

Tango


Si habrás rodado la ciudad

malvendiendo tu cariño,

que cuando buscaste amores

el amor se te negó.

Por tus noches de esplendor,

entre sushas y mishetas,

te olvidaste que algún día

vos también tendrías que amar.

Hoy que no tenés con que,

te das cuenta que la vida

te ha dejado en banda y de a pié,

y no lo podés creer.


No viste que la juventud se aleja

dejando lo que hoy ves frente al espejo.


Magnolia en la nieve

se muere de frío y ya ves,

que como la magnolia

te has muerto también,

que no hay nada que te salve

del olvido y la tristeza que te condena,

y buscas algo que te aturda

de tu soledad y de tu decepción.


Si volvieras a vivir,

otra vez serías magnolia,

porque siendo tan hermosa

el champán te queda bien,

y sus burbujas también

enredarán tus sentidos,

como fue en tu antigua vida,

y será otra vez igual.

Y ya no sabrás que hacer,

ya no habrá otro mañana.

Vos serás lo mismo que ayer:

tu fantasma no se fue.


No viste que la juventud se aleja

dejando lo que hoy ves frente al espejo.



Letra y Música: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 04/02/07  10.00

Caricias de almohada

Caricias de almohada

Tango


Se paró prostibularia ante el macho enajenado,

se paró poniendo un precio a su rato de función;

tira, afloje, coqueteo y al final camino al telo

pa´ entregar sólo su cuerpo sobre el gélido colchón.


Entre tanto ni ella sabe por su mente lo que pasa.

Ni ella sabe lo que siente y si siente... no es amor.

Ya su cuerpo no es de ella, lo entregó por unas horas.

Ahora ella vuela sola... lejos de esa habitación.


Cada día la rutina

de la venta libertina.

Un andar de noche herida

y la herida que lastima.

Madrugadas despobladas

de caricias de la almohada,

consejera de los sueños

cuando fue que empezó a amar.


De caricias de la almohada pasó a golpes en la cama.

Un amor desencajado que la hizo hacer yirar.

Una falta de coraje para alzarse de ese viaje

y una vida que venía y debía alimentar.


Se paró prostibularia a una vida no querida.

Hizo frente a su agonía y de tripas corazón.

Cada noche una tortura ante tanta mishiadura.

Cada noche la tristeza de morir sobre un colchón.



Letra: Juan Carlos Martínez

Buenos Aires, 10/05/08 07.34

martes, 21 de diciembre de 2021

Buenos Aires del Sudeste

Buenos Aires del Sudeste

Tango


Hoy te canto misteriosa Buenos Aires,

tan nostálgica y diversa hoy evoco tu donaire

desde un sitio del sudeste,

horizonte azul celeste donde el Plata te acaricia

con el beso de su brisa y su piel color león.


Hace tiempo por tus calles de adoquines

desfilaron con asombro desarraigos y pobrezas

y nacieron cerca tuyo conventillos de cien piezas

donde supo andar el tano cuya sangre llevo yo.


Buenos Aires del sudeste

herrumbrosa pasarela de cemento…

un lamento en la partida,

una estela rumbo al mar

y aventura del que acaba de llegar.

Buenos Aires del sudeste

erizada en la espiga de tus grúas

sos el punto terminal,

un hechizo de agua turbia,

Buenos Aires Puerto Tango,

Buenos Aires siempre igual.


Vos mi puerto, fondeadero de ilusiones,

viste anclar en tus riberas el cansancio y las canciones

de la Europa que moría,

viste barcos que traían en su panza la esperanza

y entre tantos ojos claros un sabor de inmigración.


Con tu estirpe diste nombre al ciudadano

de porteña geografía y tu insólito bullicio

es sirena en tono grave, se acabó tu gentilicio;

hoy dormís junto al riachuelo de Quinquela y Juan de Dios.



Letra: Salvador Amalfa

Música: Juan Carlos Martínez

Buenos Aires

Hendijas

Hendijas

Tango


Retazos de sus besos, pedazos de un fracaso,

hendijas que lastiman, recachos del amor;

de todo tengo heridas que sangran hacia adentro

ahogándome en tormentos y desesperación.

Su piel que ya no tengo, mi fuego en el infierno,

mis labios sin sus labios, mi cuerpo sin su amor;

fragancias ya disueltas en la furia del tiempo,

concilio de fantasmas, sombras de mi prisión.


Por qué la habré querido, por qué, decíme vos.

Por qué ya no la olvido, por qué, decímelo.

Por qué si me lastima es que la quiero ver.

Si todo se ha perdido por qué quiero volver.

Será porque presiento que pronto he de morir

y quiero que ella sepa que siempre estuvo aquí,

comiéndome la mente, rasgándome la piel,

hendijas de mi vida, recuerdos de su amor.


A dónde se habrá ido para encontrar olvido.

Qué huella habrá seguido buscando un nuevo amor.

Cerraron sus heridas, se abrieron esos labios,

se irguieron esos pechos, habrá podido amar.

Quién tiene sus encantos, quién goza con su cuerpo,

quién se roba sus besos, quién le dará calor

mientras yo estoy muriendo de frío en este invierno,

mientras sigo viviendo, pero ya sin su amor.



Letra y Música: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 23/03/07 20.04

Letargo gris

Letargo gris

Tango


Vuelvo

a caer en tus encantos

como un ciego en el abismo

de tus brazos;

brazos que encadenan a mi tonto corazón

en este letargo que es tan gris como tu amor.

Yo que pude huir no supe cómo

y volví a tu corazón que es una espina.

Vuelvo

a la misma pesadilla

de aquél sueño que fue tan atroz.


Cómo podré escaparle a la condena

de ser tu triste prisionero.

Tal vez deba intentar buscar como olvidarte.

Quizás un nuevo amor pueda recuperarme.

Por qué se ensaña así

la vida con mi amor.

Por qué se ensaña así,

y no dejándome morir.

Fatal letargo gris

tu amor en mí.


Tengo,

que encontrar en otros brazos

ese hechizo que me libre

de tu encanto;

tengo que encontrar para mi bien la solución

o será muy tarde como cruel mi salvación.

Yo que pude huir no supe cómo

y volví a tu corazón que es una espina.

Vuelvo

a la misma pesadilla

de aquél sueño que fue tan atroz;



Letra y Música: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 04/02/07 19.46

Hay un papel

Hay un papel

Canción


Hay un papel en la mesa de un bar

y un lápiz reacio se niega a volar,

pasan las horas y corre el reloj

bajo una bruma de humo y alcohol.

Nada me dice que pueda escribir

aquel poema que te prometí.

Todo es tan denso a mi alrededor.

Nada que vea me recuerda a ti.


Trata mi mente de poder volar

pero es inútil no puedo soñar;

algo me ata a esta tierra fatal

que hasta me cuesta poder respirar.

Casi te tuve dispuesta a volcar

sobre el papel mi poema final

pero la brisa de un día de abril

secó la hoja y nada escribí.


Debo partir ya mañana

sin anunciar mi partida;

quise dejarte un poema

pero no pudo mi herida.

Debo marcharme temprano

sin despedidas ni nada.


Vuelvo a intentar, pero en otro lugar

lejos de todo muy lejos de aquí.

Si la distancia me ayuda a volver

tras la distancia te recobraré.

Guardo la foto que yo te saqué

de un viejo cuadro que un día robé;

miro tus ojos y nada se ve...

estoy tan ciego como aquella vez.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 13/01/19 20.00

lunes, 20 de diciembre de 2021

Vencido

Vencido

Chamamé


La siesta traía el rumor

del agua quieta del río,

la brisa todo el verdor

volando de flor en flor

y arcano mi corazón

soñaba con su calor

mientras desangrando amor

mi pena sembraba huella.


Andando rumbo al olvido

lejos del rancho me voy vencido,

cuerpeando con los fantasmas

me voy velando como las noches.

Hundido entre los pesares

voy entre copas curtiendo bares;

mi llanto es llanto callado

como cayado ya es mi quebranto.


La vida, si alguna vez,

se cruza por mi camino

que sea por ese don

que dicen se llama amor;

si quiere que venga ya

antes que apague mi sol,

no ven que muriendo voy

si pienso nomás en ella.



Letra: Juan Carlos Martínez

Buenos Aires, 06/06/10 17.02

Sólo el sauce

Sólo el sauce

Aire de zamba


Permanece guardado en el verde

el nombre de aquella que yo supe amar…

Corazón de madera en el sauce

de aquel viejo río que nos vio soñar.

Por su cauce viajero la vida

nos fue remontando a distinto lugar.


Al amparo de su piel añosa

se esconde el secreto de mi soledad…

Sabe a sangre su savia al volcar

cuando llora en el agua su mal

porque lleva en su entraña un amor

que en lo verde se quiso quedar.


A la orilla del río la amé

y a lo largo del río se fue…

Murmurando bajito su adiós

el cristal de la magia quebró.

Sólo el sauce la lleva en su ser…

En el nombre que en verde tallé.


Que será de su sombra en la luna

si en la misma luna su sombra ocultó.

La esperé como siempre, ya tarde,

apenas la noche se empieza a alumbrar.

Por su cielo una estrella perdida

se encuentra dormida sin querer brillar.


Agua vieja regresa curiosa

y busca la huella que dejó al pasar…

Dile al sauce que la haga sangrar

por sus venas de largo ramal.

Tengo sed de sus labios en flor.

Tengo sed de su sed corporal.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 09/05/18 17.27

Tonada del regreso

Tonada del regreso

Tonada


Con las notas de una cuerda y mi guitarra

me propuse deletrear una tonada

porque el vuelo sin más alas que la mente

me remonta hacia mi tierra cielo y uva;

es otoño y el sol dora el verde parral

mientras cae la tarde en Mendoza.


Como venas de la tierra las acequias

dan la sangre que derraman las montañas

y la noche que se estrella sobre el agua

canta vinos que prometen los racimos;

medianoche y estoy dando forma y color

a estos versos de tinta y amor.


Puede que esta noche me alumbre la luna

pintando palabras con ritmo y con rima

y este canto llegue sin prisa y sin pausa

a bordo del viento que aturde al silencio;

brindo con la sombra que vela mi ensueño

con esta la copa que abriga por dentro.


Como debe el corazón gritar por dentro

lo que calla la garganta cuando guarda

los amores, las fragancias, las distancias

que no viven en la piel de aquel que canta;

me pregunto a la vez como se ha de sentir

quien jamás puso el cuerpo en Mendoza.


Madrugada y la tonada está queriendo

un refugio de guitarras y de alientos

dando vueltas a un fogón que irá muriendo

con el tibio crepitar de ausentes leños;

es otoño y ya voy desandado mi andar

regresando a lo que es mi lugar.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 18/02/20 18.27

viernes, 17 de diciembre de 2021

Viejo roble pueblerino

Viejo roble pueblerino

Zamba


Se va ausentando su huella

bajo la arena del tiempo.

Los ojos se le entristecen,

el paso se le enlentece

y aunque el cuerpo pide alas

su corazón no obedece.


Se niega a ser otra estrella

que brille desde el silencio.

La tierra se le parece,

el río lo reverdece

pero al peso de sus ramas

su juventud languidece.


Añoso como ninguno,

viejo roble pueblerino,

se va gastando entre el vino

y su mezquino destino;

todos lo llaman Don Bruno,

viejo roble pueblerino.


La muerte no lo desvela

aunque la vive por dentro.

Recuerdos que recrudecen,

amores que lo empobrecen

son quizás las noches malas

donde el ayer se enmohece.


Se abraza de su botella

y duerme su rancio vicio.

La noche se le amanece,

la tarde se le ennegrece,

mientras tanto entre sus ramas

un viejo amor desfallece.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 17/12/21 16.46

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Un aroma peculiar

Un aroma peculiar

Canción


Dijo tal vez y me volvió a mentir.

Después no la vi más ni yo ya la esperé.

Un día descubrí que hubo una carta

perdida entre los huecos del silencio.

Me dije que más da, mejor dejarla estar,

si el fuego y su ceniza echó a volar.


No es tiempo ya de andar hurgando el tiempo

ni revolver la arena del desierto.

No quiero revivir lo que se ha muerto ayer

ni volver a beber de aquella vieja sed.


Hoy andando por ahí, casi por causalidad,

un aroma peculiar puso en vilo mí atención:

un aroma fantasmal, un perfume algo letal,

me insinuaba algo que al fin provoqué con mi desliz.


Yo sabía que tal vez la encontraría

pero nunca en ese instante y ese día.

Yo no estaba preparado y tal vez ella

volvería a decir tal vez como aquel día.


Luces rojas se encendieron en mi mente

y eso hizo que pasara a ser prudente;

simplemente hui de allí, por si acaso y porque si:

no es momento ya de hallar lo que perdí.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 15/12/21 17.43

martes, 14 de diciembre de 2021

Pavoneando

Pavoneando

Tango


Le apuñaló el corazón con la mirada

y la observó sangrar en llamaradas.

Se le acercó bajito y simplemente

tendió su mano con un gesto un tanto ausente.

La música envolvía su figura

vibrante como una fruta madura

y él la atrincheró en su abrazo,

se aferró a su breve mano

y en un tango la mató.


Pero ella no se dejó morir,

abrió sus alas como si quisiera huir

y luego pavoneando ante sus ojos

lo envolvió tan sutilmente

que el varón se le entregó.


Se imaginó que ella caería en su celada

pero no vio la miel que lo aguardaba.

Después urdió solicito y paciente

la telaraña que gestó su propia suerte.

Su luz se ensombrecía en la penumbra

delante de otra luz que lo deslumbra

y así mandó su as al mazo,

se entregó a su breve mano

y en un tango se domó.


Porque ella no se dejó morir,

abrió sus alas como si quisiera huir

y luego pavoneando ante sus ojos

lo envolvió tan sutilmente

y el varón se doblegó.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 14/12/21 17.33

Fantasmas cotidianos

Fantasmas cotidianos

Tango


Veo una sombra que se oculta de mí sombra.

Voy con sigilo acariciando el frío filo.

En la penumbra todo es gris como en la bruma.

El miedo alerta ronda por la calle muerta.


Todo es silencio menos mí propio silencio.

Sé que estoy vivo porque escucho que respiro.

La piel palpita el corazón se desgañita.

El alma duele y yo hago que ella vuele.


Cargo fantasmas cotidianos

en un cóctel con alcohol.

Trastabillando voy sin rumbo

desnudando lo que soy.

Lo que soy ni yo mismo lo se;

sólo sé que yo vivo al revés.


Cargo en la noche mi equipaje de fantoche.

En mi maleta un personaje con careta.

Yo se mentir, yo se fingir, sembrar la duda.

Me acostumbré a disimular que estoy quemado.


El cuerpo pide otra ración más de ilusiones.

Se abre otro cielo, otro color y el mismo hielo.

Me siento duro y en el humo me depuro.

La vida duele pero dejo que ella vuele.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 14/12/21 15.05

lunes, 13 de diciembre de 2021

La ocasión hace al ladrón

La ocasión hace al ladrón

Tango


Las cartas derrumbadas en la mesa

son las mismas de un castillo

que el viento desmoronó;

escombros de un amor mal encauzado,

resabios de un licor que no embriagó.

Amores insensatos, despiadados,

de aquel juego entre fulleros

que la vida nos parió.


Señal que lo que empieza acaba mal

fue ese beso dado en falso

tras la ingesta del alcohol;

abrazo sin calor y sin pasión

con la simple y puta idea

de acabar sobre un colchón.


Bien dicen: la ocasión hace al ladrón

y entonces nos robamos vos y yo;

desnudos, piel a piel y sin fervor

asaltamos nuestros cuerpos

pero todo fue un error.


Las armas esparcidas por la cama

son los únicos testigos

de un disparo hacia el montón;

balazos al disfraz de algo fingido,

heridas por las que nadie sangró.

Actores rebuscados, confundidos,

en un viaje hecho al boleo

una noche sin guion.


Señal que lo que acaba empezó mal

es volver sobre tus pasos

y olvidar lo que ocurrió;

volver a descubrir que el corazón

late aun aunque no crea

que una vez se arrepintió.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 13/12/21 19.36

Contra el viento de la vida

Contra el viento de la vida

Zamba


Sin aroma, sin color, despetalada,

una flor muere de poco y olvidada

sin saber que quien la herido ya se ha ido

como aquel antiguo amor atormentado.


En la casa sólo quedan cosas muertas

encerradas tras la rejas de una puerta;

todo tiende a ser grisáceo como el tiempo

de una tarde somnolienta y tan incierta.


Es otoño, casi invierno y su alma herida

contra el viento de la vida se le oxida;

el sabor que hay en su boca es tan amargo

como dulce habrá de ser tanto letargo.


Hay un árbol, un jardín y un ermitaño

dando vueltas a través del desengaño;

gira en torno de un reloj que sin sentido

da los días de su viejo calendario.


Todo huele a soledad, a paz sin calma,

mientras todo alrededor se desenalma

y una luz amarilleando aquel retrato

se desvela poco a poco ante su drama.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 13/12/21 16.18

domingo, 12 de diciembre de 2021

Con el cuerpo vacío y sin sed

Con el cuerpo vacío y sin sed

Zamba


Se prenuncia en sus ojos de tiempo

tenue lluvia dispuesta a dejar

que aquel sol que brillaba se opaque

por motivos que ella no dirá;

en silencio, sonriendo y mintiendo,

tras su pena se habrá de ocultar.


Le confiesa sus cosas al viento

porque sabe que el viento se irá

con la llave secreta del cofre

que jamás nunca nadie a de hallar;

su destino, burlón y mezquino,

quizás nunca se quiera mostrar.


Sé que llora aguardando la aurora

de otro día distinto de aquel

cuando vio que se iba quedando

con el cuerpo vacío y sin sed;

poco a poco se fue desangrando

de un amor que jamás pudo ser.


Por las noches se escucha un lamento

como un eco que suele viajar

sobre un sueño imposible que aplaque

esa historia que sabe guardar;

en penumbras, desnuda y fingiendo,

tendrá amores que nunca tendrá.


Prisionera se encuentra en un cuento

que ella quiere que fuera verdad

y suspira ante el diablo de azufre

cuando el diablo la incita a pecar;

poco a poco, su audaz inquilino,

va encendiendo un amor espectral.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 12/12/21 18.00

Rey de copas

Rey de copas

Canción


Con unas rubias, un cigarro y dando tumbos,

medio ebrio, un tanto cuerdo, me largué de aquel lugar;

tengo por cierto, o es al menos lo que creo,

que esa fue mí última curda del mal trago del amor.

Las que siguieron y aún vendrán no tienen nada de especial

ya que beber no es nada más que combustible para andar;

la vida debe continuar y aún queda mucho por gastar

frente a la barra de un boliche en soledad.

Con la pericia de las copas sin sentido

voy armando mí destino y mi destino es acabar

en los infiernos que te ofrece el desatino

cuando todo lo perdido ya naufraga en otro mar.


Tengo en las copas mí velero personal

y en su velamen mis alas de libertad;

aunque sé bien que una tormenta ocasional

se aproxima raudamente y al final me habré de ahogar.


Con la botella y el estómago vacío

no hago más que castigarme pero al fin que más me da;

si lo que llevo no me lleva a ningún lado

y lo mío es tan pesado que es difícil de cargar.

Porto equipaje que en verdad no cesa nunca de pesar

y esa maleta es en verdad la gran mochila de mi mal;

el viaje es tiempo sin edad pues ya he dejado de contar

que hace mil años que me suele acompañar.

Será con risas como apague mí tristeza

y con vicios mí pobreza que por cierto es tan real

pues soy el rey de mi demonio esclavizado

en un cuerpo maniatado que ni quiere ya escapar.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 12/12/21 12.23

jueves, 9 de diciembre de 2021

Remigia

Remigia

Zamba


Con la cara llena de surcos del tiempo

fue arando Remigia su sol de crecer

a campo traviesa con trigo en las manos

que harinando el aire fue pan de su fe,

a campo traviesa con trigo en las manos

que harinando el aire fue pan de su fe


En su rancho pobre de vientos de tierra

solita en las noche soñaba con ser

aquella princesa, cabellos dorados,

que su piel curtida no habría de ser,

aquella princesa, cabellos dorados,

que su piel curtida no habría de ser


Remigia vivía en lo inmenso

porque ella era inmensa en su modo de ver;

amaba el estío y el frío,

lo verde, lo yermo y el ser lo que fue;

Remigia se fue de la vida

sin saber siquiera lo que es ser mujer.


Por sus ojos todo pasaba admirado

como un gran espejo que todo lo ve;

Remigia buscaba la estrella lejana

que tal vez su hombre pudiera traer,

Remigia buscaba la estrella lejana

que tal vez su hombre pudiera traer.


Era la tibieza de un mate amigable,

florcita silvestre pidiendo beber;

el agua que besa la tierra abrasada

despertaba en ella quizás otra sed,

el agua que besa la tierra abrasada

despertaba en ella quizás otra sed.



Letra: Juan Carlos Martínez

Buenos Aires, 11/05/10 13.16

Soy todo silencio

Soy todo silencio

Zamba


Si quisiera saber de su vida

me diría pregúntale al viento

dónde fue con su vuelo de sueños

a ponerle distancia al olvido;

si la veo llegar, si la siento llegar,

debe ser porque yo estoy partiendo.


Tanto tiempo pasó y aquel día

hasta hoy se hace sombra y no entiendo

por qué el sol se hizo frío en enero

y su amor ya dejó de ser mío;

si la oigo reír o la siento gemir

debe ser porque me estoy mintiendo.


Si la luna es triste y la noche es larga

mi pena es eterna como mí condena;

ni el rumor del río, ni la rama seca,

conocen el ruido que a mí alma inquieta;

soy todo silencio gritado hacia fuera

y puro lamento callado hacia adentro.


Se cruzó por mi mente vacía

el helado crespón de la muerte

y ni el frío puñal que hoy empuño

se animó a poner fin al motivo;

tan cobarde he de ser, o es el miedo a perder,

lo que hace que siga viviendo.


La esperanza que es lenta y tardía

es creer que obtendré lo que intento

sin poner condiciones al tiempo

aunque el tiempo se tome su tiempo;

de ahora en más como siempre tendré esperar

aunque al fin te imagine volviendo.



Letra y Música: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 16/02/20 13.17 09/12/21 16.47

domingo, 5 de diciembre de 2021

El otoño

El otoño

Zamba


Asoleada la tarde me ofrece

un aroma de ocre otoñal

mientras van navegando en el río

viejas hojas que no volverán;

la rutina incesante del tiempo

otro verde traerá al regresar.


El ramaje desnudo adolece

del sonido del ave al cantar

y se va apoderando el hastío

del color que ahora huele a humedad;

siento el soplo inclemente del viento

ululando su forma de hablar.


El otoño en abril se desliza sutil

con su aspecto gentil aunque un tanto senil;

calle arriba remonta la cuesta

de un invierno que ya va a llegar

con su carga de viejos pesares

que por suerte también se han de ir.


La llovizna febril enmohece

lo que el sol se negó a resguardar

aunque el vino asilado en mi sino

se ha sabido muy bien conservar;

vieja sangre que llevo por dentro

y en las noches me suele abrasar.


Si la vida me desobedece

y la muerte me viene a buscar

no le digan cual fue mi camino

que ella sola me habrá de encontrar;

como saben camino muy lento

mas por lento no me ha de atrapar.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 05/12/21 15.57

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