miércoles, 19 de enero de 2022

Candelabros desnudos

Candelabros desnudos

Rumba


Con el silencio de la noche, en el convento,

se escuchan loas de bendición:

son las sorpresas sorprendidas del milagro

que produce el sacerdote cuando anda de oración.

También se dice que de tanto en tanto ronda

por el claustro el monaguillo para ayuda del señor

y que a la vez, con tan escasos prestadores,

se desnudan candelabros para dar consolación.


A cada santo una vela,

a cada cirio una flor

y a la que no tiene cura

vela o cirio es lo mejor.


Sobre el murmullo del aliento, en el convento,

vuelan gemidos de excitación:

monjas y frailes se revuelcan en el flagro

porque saben que el infierno es un cuento de ficción.

La moraleja es que allí todo se desfonda

sea cual sea el utensilio para cambiar el humor

y que después, si es que se sienten pecadores,

se flagelan tras el velo de la incomunicación.



Letra: Juan Carlos Martínez

R. de Escalada, 19/01/22  18.27

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