El otoño
Zamba
Asoleada la tarde me ofrece
un aroma de ocre otoñal
mientras van navegando en el río
viejas hojas que no volverán;
la rutina incesante del tiempo
otro verde traerá al regresar.
El ramaje desnudo adolece
del sonido del ave al cantar
y se va apoderando el hastío
del color que ahora huele a humedad;
siento el soplo inclemente del viento
ululando su forma de hablar.
El otoño en abril se desliza sutil
con su aspecto gentil aunque un tanto senil;
calle arriba remonta la cuesta
de un invierno que ya va a llegar
con su carga de viejos pesares
que por suerte también se han de ir.
La llovizna febril enmohece
lo que el sol se negó a resguardar
aunque el vino asilado en mi sino
se ha sabido muy bien conservar;
vieja sangre que llevo por dentro
y en las noches me suele abrasar.
Si la vida me desobedece
y la muerte me viene a buscar
no le digan cual fue mi camino
que ella sola me habrá de encontrar;
como saben camino muy lento
mas por lento no me ha de atrapar.
Letra: Juan Carlos Martínez
R. de Escalada, 05/12/21 15.57
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