A mar en calma
Canción
Estos cristalinos míos
se empañan por escuchar
lo que callas cuando hablas,
lo que dices sin hablar.
Esta piel que me contiene,
y no me atrevo a dejar,
tiene más de carcelera
que amante con libertad.
La luz de la noche es día
de un día de oscuridad
donde mis pasos se gastan
sin siquiera caminar.
Por más que quieran mis labios
los besos que no has de dar,
bebo besos sorbo a sorbo
de la boca de alguien más.
Y me relajo en la almohada
de aquella que me ha de dar
lo que tu cuerpo me niega
cuando no quieres jugar.
El juego de los amantes
es de a dos y uno no está;
vaya a saber si él no juega
con quien no debe jugar.
A mar en calma no hay río
que lo pueda entreverar
ni pasión en mis sentidos
que me pueda hacer flaquear.
Decide lo que tú quieras
que lo mío puesto está
en dejar que lo que venga
si quiere se ha de marchar.
Las manos suelen ser alas
que también saben hablar
y cuando baten al aire
suelen decir nunca más.
Letra: Juan Carlos Martínez
R. de Escalada, 23/06/19 12.42
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