Café y canela
Canción
Te encontré desparramada en una silla
en un bar de poca monta, pacotilla.
Te observé quemando penas y otras cosas
y yo apenas, desalmándome entre copas,
pude acercarme a tu mesa
a invitarte una cerveza.
Todo era un bamboleo sin jaleo,
un Mar Muerto sin bote ni marinero.
Poco ruido y muchas nueces dijo un ebrio
a la vez que alguien perdía el equilibrio
y toda la estantería
del licor se deshacía.
Un revuelo de cristales por el suelo,
una alfombra de on the rocks pero sin hielo.
Mientras tanto allí, impávida y obtusa,
con los ojos en reversa y ya sin blusa
encendiste con tus olas
las luces de las manolas.
Los excesos son malvados pero buenos
si es que a todo desenfreno pones freno.
Algo tiene ese momento de locura
que hasta el cura por los poros la supura
y si cae en tentaciones
pa eso están las oraciones.
Al rayar la luz del día estando en vela,
para poder continuar: café y canela.
Nos marchamos ella y yo, sin titubeos,
sin balcones ni glorietas ni romeros
a un lugar sin más presencia
que nuestra propia indecencia.
Letra: Juan Carlos Martínez
R. de Escalada, 09/02/22 19.06
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